viernes, 11 de enero de 2019

El Árbol del Vampiro. Leyenda de la Nueva España.




El árbol del vampiro

Cuando la Nueva España todavía representaba gran atractivo para los aventureros europeos se dice que un caballero inglés llegó para establecerse en Guadalajara en un poblado conocido como Belén. Lo curioso es que este hombre se mantenía aislado, no hablaba con nadie, vivía solo, no tenía sirvientes pese a que era uno de los hombres más ricos de la zona.

En el lugar todo empezó a cambiar a su llegada, a los pocos día aparecieron animales muertos, vacas, perros, borregos, gatos, la gente lo atribuyó a una jauría de lobos. Aunque los hombres se turnaban para vigilar a los animales no hallaban al culpable. Este ambiente se mantuvo durante cinco días, tras lo cual empeoró, empezaron a aparecer niños muertos y sin sangre.



La noche se tornaba en una pesadilla, la gente tenía pánico, los niños no querían salir a la calle y menos dormir, cuando empezaba a atardecer las mujeres rezaban y no se separaban de sus hijos.

El terror duró varias semanas, seguían pareciendo niños muertos por la mañana. Los hombres, cansados de la situación, se dispusieron al combate final, armados de machetes y palos y alumbrados por antorchas recorrieron el lugar para encontrar al culpable.

En su recorrido pasaron por una casa a las orillas del pueblo y escucharon un grito, acudieron a dar auxilio, cuando abrieron la puerta encontraron al caballero vestido de negro mordiendo a un campesino que ya estaba muerto.



Los lugareños lograron vencer su miedo y rodearon al vampiro, al que le clavaron una estaca en el pecho. Posteriormente enteraron el cuerpo y para evitar que escapara le colocaron varias lápidas de cemento.

Se dice que con el tiempo las lápidas se quebraron y brotó un árbol, el cual se cree que nació de la estaca clavada en el cuerpo del caballero. De acuerdo con la leyenda cada vez que alguien cortaba un trozo del árbol, éste sangraba, algunos juraban que por la noches en el tronco del árbol se podía ver a las víctimas asesinadas por el vampiro.

Según la tradición el árbol debe mantenerse con vida, ya que si se tala o se seca existe el peligro de que el vampiro regrese a cobrar venganza.



jueves, 10 de enero de 2019

La Leyenda del Ahorcado.




Luis trabajaba de peón en el campo desde sus doce años, a sus treinta y seis apenas tenía unos ahorros, los cuales haba reunido con toda la ilusión de tener un pedazo de tierra propio, el cual trabajar para su provecho.

Se presentó la oportunidad, un terreno de muy buen precio se había puesto a la venta en el rancho vecino, aun no tenía lo suficiente, pero el terreno era demasiado grande y bueno, así que lo habló con tres de sus compadres, todos estuvieron muy ilusionados, porque la oportunidad era única, alcanzaba para dividirlo en cuatro sin problemas y cada quien se llevaría buen pedazo sin gastar demasiado.


Quedando así de acuerdo adquirieron el terreno, lo dividieron en cuatro y rifaron las partes, a Luis le tocó la parte de  la orilla, que se distinguía por tener un gran árbol, con una sombra muy agradable. Se citaron bajo aquel gran árbol para celebrar la plantación de la primera semilla de manera simbólica, José era el primero que venía por el camino, desde lejos divisó algo que parecía colgar del árbol, pensando que alguien se le había adelantado y comenzado la celebración, apresurando el trote a su caballo, se acercó solo para darse cuenta que lo que pendía del árbol era un hombre, colgado… no pudo reconocerlo, pero se dice que aparecía ahí todos los días y por más que los compadres intentaron deshacerse del árbol cortándolo de diferentes maneras, este aparecía al siguiente día sin un rasguño y con el hombre colgando en su tronco.



El cuerpo del hombre ahorcado pertenecía a un campesino, que a pesar de trabajar duro se vio lleno de deudas, empezó a sentirse triste, preocupado… su desesperación llegó al punto tal que un día frente al campo, dándose cuenta que estaba perdido, pensó haber defraudado a su familia y lo asaltó la idea de que estarían mejor sin él. Tomó la cuerda de su caballo y se colgó en el tronco del árbol.


Tiempo después, cuando algunas personas pasaban frente al árbol, miraban el fantasma ahorcado del campesino.

Quienes se atrevieron a acercarse al fantasma, escucharon sus gemidos y vieron gotear sus lágrimas.

Esto es lo que se cuenta en una de las versiones de la Leyenda del Ahorcado

Esta es una de las Leyendas de terror que recorren el mundo, en cada lugar se presenta de manera diferente, pero lo que no hace diferencia es la razón que provoca los hechos, todos caen por tristeza o preocupación.


martes, 1 de enero de 2019

Krampus, El Santa con cuernos. La leyenda.




En la antigüedad, se decía que una bestia oscura, peluda y con cuernos aparecía en la puerta para golpear a los niños y llevárselos en sus afiladas garras. El Krampus se podía escuchar en la noche por el sonido de sus cascos hendidos y sus resonantes cadenas de hierro. La parte más extraña era que estaba en liga con Santa Claus.

El terror de navidad
Sin embargo, la bestia desconcertante no era un demonio. Fue el mítico Krampus, compañero de San Nicolás (conocido como Papá Noel, Papá Noel, Kris Kringle, etc.). Mientras que San Nicolás ahora tiene la reputación de amar a todos los niños y visitarlos en la Navidad, juzgar su carácter y dar regalos al Los "bonitos" y los trozos de carbón para los "traviesos", Krampus interpreta al peligroso compañero.


Se cree que el monstruo de cabras largas, peludas, con forma de cabra, con cara larga y enojada y lengua bífida, visitaría el hogar de niños que se portan mal para castigarlos. Se creía que iba a dar palizas y secuestrar a los niños, llevándolos a su guarida del inframundo para vivir un año.


Se creía en el pasado que este monstruo con patas de cabra, largos cuernos, pelo desgreñado, rostro alargado, semblante malicioso y larga lengua bífida visitaba la casa de los niños que se portaban mal para castigarlos. Se suponía que les propinaba palizas e incluso los raptaba, llevándoselos con él a su cubil del infierno durante todo un año.

Según estas leyendas de hace siglos, si un niño se portaba mal, San Nicolás en su omnisciencia lo sabría, y enviaría en consecuencia a su asociado, Krampus. Se contaba de este oscuro colaborador de cola serpentina que aparecía en los hogares en Navidad para castigar a los niños malos. De este modo, les apalearía con un manojo de varas de abedul, les azotaría con crines de caballo y les metería en un saco o cesto de mimbre para llevárselos al infierno por un año entero.



Por si ser bueno para Santa Claus no era suficiente para los niños traviesos, la mala fama y el terrorífico aspecto del Krampus eran capaces de convencerles de que debían portarse bien. De este modo, el Krampus era una leyenda muy útil para atemorizar a los niños más revoltosos.

El origen de la leyenda
Los historiadores no están seguros de cuál es el origen exacto de un personaje como el Krampus en el folklore europeo, aunque se cree que al igual que Santa Claus, el Krampus es anterior al cristianismo y tiene su raíz en tradiciones nórdicas y alpinas del paganismo germánico. Como muchos otros personajes de leyenda, como el propio San Nicolás, la imagen del Krampus ha evolucionado con el paso del tiempo y de forma diferente en las diversas regiones, aunque en cualquier caso, Krampus representaba un equilibrio entre luz y oscuridad, facilitando la armonía entre el bien y el mal.

En la Noche del Krampus, en alemán Krampusnacht, la víspera del 6 de diciembre, los niños alemanes se cuidaban bien de no atraer la atención de aquella temible bestia, con la esperanza de que a la mañana siguiente San Nicolás les trajera regalos en su día, Nikolaustag.

Según National Geographic, se creía antiguamente que el Krampus era hijo de Hel en la mitología nórdica (Hel, hija de Loki que rige la tierra de los muertos). Su nombre deriva de la palabra alemana krampen, que significa garra. Comparte rasgos con otras figuras de la mitología griega, como sátiros y faunos, y a menudo se le ha retratado en actitudes lujuriosas en tarjetas de felicitación de finales del siglo XIX, persiguiendo a mujeres de carnes generosas.

Temido y adorado
El mito del Krampus lo encontramos en las regiones alpinas, Austria, Alemania, Hungría, Eslovenia y república Checa, y su leyenda se ha extendido como la pólvora en los últimos tiempos, alcanzando toda Europa e incluso el mundo entero.

Tradicionalmente las familias de estos países se enviaban coloridas tarjetas de felicitación denominadas Krampuskarten desde el siglo XIX. En ellas aparecía como es lógico el Krampus, en ocasiones siniestro, a veces ridículo.

En la primera mitad del siglo XX el Krampus fue prohibido por el gobierno fascista austríaco, pero su tradición revivió tras la caída de estos gobiernos al acabar la Segunda Guerra Mundial.

Aún en la actualidad se celebran cabalgatas en las que jóvenes disfrazados de Krampus recorren las calles gruñendo y arrastrando cadenas para atemorizar a los espectadores.