martes, 2 de octubre de 2018

El Sisimite




Según narra la leyenda, El Sisimite, también conocido como Itacayo es un monstruo muy parecido al temible Pie Grande de Los Estados Unidos, y al Yeti del Tibet tanto en apariencia como en sus misteriosos avistamientos.

El área de los estados mexicanos de Campeche, Chiapas y Quintana Roo en el sur de México ha tenido historias de salvajes peludos que se remontan a miles de años, que se llaman Sisimite y se han encontrado representados en figurillas que datan de hace 2.000 años. También conocido a veces como el Mono Olmeca, el Sisimite era muy conocido por los antiguos pueblos mayas y aztecas, que creían que era una criatura espiritual, y de hecho el nombre Sisimite se cree que proviene de la palabra azteca tzitzimitl, que se traduce aproximadamente como “Criatura sobrenatural” o “demonio”. Sea lo que sea, el Sisimite ha sido visto durante mucho tiempo deambulando por las junglas de la región que se extiende hasta América Central, y típicamente se lo describe como un burdo monstruo bípedo gigante cubierto de pelo y con una cara similar a la humana, la nariz plana, la falta de oídos discernibles, y solo cuatro dedos, sin pulgar. Curiosamente, algunas tradiciones afirman que las criaturas tienen patas que miran hacia atrás, lo que las hace más difíciles de rastrear.

El Sisimite es una especie de mono, o monstruo, de largo pelaje, gran altura y mucha fuerza que habita en las cuevas que están en lo profundo e inaccesible del bosque, se alimenta de frutas y vaga libremente por las montañas más altas.

Se dice que los Sisimites bajaban de las montañas a lugares mas transitados del bosque en busca de mujeres, a las que secuestraban y se las llevaban a sus cuevas, naciendo de esta unión una especie de hombres mono.

El Sisimite muchos pobladores aún comentan con admiración la asombrosa historia de una mujer que logró escapar de la cueva donde la tenía secuestrada el Sisimite.

Se dice que el monstruo al darse cuenta del escape persiguió a la mujer con los tres hijos de ambos pero ella no se detuvo y cruzó el rió.

Del otro lado se detuvo un instante y vio como el Sisimite enojado porque no regreso tiró los niños al río y se ahogaron.

Al Sisimite se le asocia al Dios Chac de la Cultura Maya y los pobladores aseguraban que en el interior de las cuevas están grabadas las manos y huellas que dejaron los sisimites.

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